La música de este corto trabajo de 3 temas, se puede describir como un parásito intestinal que intentara tocar un instrumento de percusión adosado en cada una de sus ventosas. Se sugieren extructuras lineales, modularmente repetitivas, pero, a su vez, ligeramente cambiantes en toda su extensión. Es como si el solitario gusano parásito quisiera describirnos como es su morfología anodina y gris.
Los garfios que poseen estos seres para asirse a su huesped, dan a entender que la música que desprenden es persistente, perenne, es decir, que trata de aferrarse al oyente en cada nueva escucha.
Aunque sin más pretensiones...., es sólo música para bailar.