lunes, 22 de marzo de 2010

PARTICULA: píxel



La belleza no tiene que ser necesariamente armónica, de colores luminosos y formas definidas. Existen lugares íntimos en los que lo bello lo concibes tu , a tu manera, con sólo la referencia de tus propios valores.
Nada ni nadie puede dictar lo que siente tu corazón y coartar la libertad de tus pensamientos. Cuando todo parece faltar, no hay nadie a quien querer, no hay un dios válido y la tristeza nos inunda, hemos de tener en cuenta que nos tenemos a nosotros mismos, que nuestra conciencia, intelecto e imaginación crearán esas realidades añoradas, unas espirituales y otras físicas.
La música de este trabajo es introspectiva, no evidente a la primera escucha, sin melodías y reglas establecidas. Es pura libertad analógica y digital. Puede gustar o no, pero es sinceridad y tecnología sin pretensiones.



1 comentario:

  1. Es casi imposible disociar éste trabajo de otros artistas como Uwe Schmidt, Elle pink o Tetsuo Inoue. Matemático, frío, cibernético en cierto modo. Huye de asperezas para centrarse en sonidos límpios y esquemáticos. Aunque hay ausencia de ritmos propiamente dichos, los sonidos crean una cadencia o métrica que embelesa y hace que el oyente se interese cada vez más por el cómo acaba la cosa. No es un disco comercial. No pretende serlo. Es el disco que le hubiera gustado compartir contigo Lassigue Bendthaus.

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